viernes, 22 de julio de 2011

Trece años atrás Trece años después

Trece años de experiencias nuevas, de vivir al máximo, no desenfrenadamente, para nada. Pero vivir intensamente en varios aspectos de mi vida. Descubrí muchas cosas que hicieron de mi vida gloriosa, llena, plena, ilusionada, amada. Hoy, trece años después echo una mirada hacia el pasado y hago un balance, el resultado es realmente bueno.

Los logros no son solamente materiales, ni se me ocurre medirlos con esa vara. Cada persona que conocí, la amistad que cultivé, las impresionantes personas que conocí a lo largo de estos años se convirtieron en aquello que se conoce como "camillero". Hoy me doy cuenta que los tengo. Mis amig@s. Por eso doy gracias.

Durante estos trece años, cada uno de ellos fue siguiendo su camino, y a pesar de no frecuentarnos como antes la amistad perduró, casi vernos anualmente en algunos casos y en otros a los años, a pesar de ello sentía el calor de su amistad al reencontrarnos. Yo también tenía mi vida, igual que ellos,  y fui construyéndola como mejor me parecía, con mucho amor y celo, con esfuerzo para que todo esté bien. Pero a veces nos confiamos.

Profesionalmente, estoy "cosechando", me impresiono del trabajo y estudio, cómo me he dividido y cómo me he multiplicado. Aunque no esté bien decirlo, pero quién dice que no está bien, al contrario veo mi propia valía. Si no me echo flores quién lo va a hacer? Ahora, las ideas fluyen, como mariposas revoloteando, surgen y surgen. Como si desde hace un tiempo, un año o dos, tengo la necesidad de crear, de proyectarme, de hacer algo diferente, que me satisfaga, que me llene, que tenga sentido. Que sea un aporte al mundo que me rodea.

Es un momento de cambio que debo aprovechar. Debo confesar que me da tristeza no poder compartir esta ilusión con quien me inspiraba, a quien vi crecer cada día, con tanto por dar de sí, su ilusión y alegría me iluminaban. Pero bueno, eso era lo que yo veía, eso era lo que significaba para mí. Y me alegra haber sentido lo que sentía, de haber amado. Aún amo, es inevitable en mí.

Seguiré mi camino, solamente espero que la alegría vaya regresando a mí, que mis lágrimas vayan limpiando el dolor y lo transformen. Quiero caminar con ilusión, sin tristezas, por donde siempre he caminado, que cuando llegue la noche, que cuando llegue el fin de semana deje de extrañar, de añorar. Solamente quiero llegar a casa y descansar, con la alegría de un nuevo día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario