sábado, 10 de diciembre de 2011

Carga pesada

Al pasar los días, a pesar de razonar, de saber qué es lo mejor para mí, siento un gran peso en mi. Un peso que me hace retroceder en mi proceso para superar la ruptura, la decepción y el desamor.

Se hace patente una lucha interna, entre mi mente y mi corazón. Pero esta vez, sí sé qué quiero. Tengo un plan, ordenado y todo, pero no llego a cumplirlo como me lo he propuesto, no estoy al 100%. Días que sí, o mejor dicho horas que me concentro y sigo muy rápido, pero hay otros días y otras horas que no logro levantarme de este letargo, y la lucha es ahora conmigo misma.

En estas horas siento que aún me sigue llevando la corriente, porque otra vez me ha embargado la tristeza, y solamente quiero remontarla, dejarla a un lado, arrancarla definitivamente, ya me aburre, ya no quiero seguir así.  El timón se me escapa, aún no lo tomo con la fuerza necesaria, me faltan fuerzas? ánimo? algo así. Y allí está mi voluntad, gritándome "déjame salir" "déjame que yo me encargue".

Recuerdo las palabras que me decían, "ten paciencia contigo misma" en este proceso, y esta vez las entiendo muy bien. 

No quiero retroceder. Ya seis meses después,  mi vida ha cambiado, definitivamente,  pero no termina de dar el vuelco que necesita para solamente pensar en mí, y que en los momentos cuando a mi mente llegan recuerdos o realidades dolorosas pueda superarlas con rapidez para evitar el daño. Tengo que luchar desde que abro los ojos por la mañana, porque es el momento que me inundan todas esas sensaciones negativas. Creo que por eso llego agotada por la noche.

Ahora quisiera poder tomar mi corazón y acariciarlo, porque aun me duele. Tengo que salir de todo esto, es un círculo vicioso?, es el duelo? qué prolongado. 

Creo entender por qué me siento así. Cada vez me siento más fuerte, y valgan verdades me sostengo fuerte cuando coincidimos en espacios por trabajo compartido. Pero al final, estos son los resultados, mi bajón, porque confirmo con el trato que no formo parte de su vida, en absoluto.

A pesar de todo, esa certeza me da la fuerza para marchar hacia delante, para reconstruirme y seguir amándome.





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