domingo, 9 de octubre de 2011

Mia

Hoy recuerdo a Mia, sí así le llamaba Mi Amor. Una forma abreviada de decir públicamente lo que para otros es tan fácil. Pero me conformaba con ello, como mi pequeño secreto que ahora comparto con medio mundo.

Cada día un paso hacia adelante. Escuchando nuevamente la música que antes no podía escuchar desde que se marchó, hace casi 4 meses. Música con tantos recuerdos, letras que evocan amores o corazones partidos. Ya veo de dónde se inspiran los autores, y el sentimiento expresado en cada interpretación. Pero hoy tienen una connotación diferente, otro sentido para mí. Sin embargo, aún no puedo volver a escuchar la música que compartíamos juntas.

Escuchaba en la semana la canción Mía.....como si volviera en el tiempo 10 años atrás cuando recién la escuché, y de inmediato la compré. En ese entonces solamente era la evocación "Mía", hoy es todo, la letra con más fuerza que nunca se hace real.

Pero  Mía se está transformando. Ahora Mía tienen que ser mis ilusiones. Mía las alegrías que debo buscar y encontrar en lo que me rodea. Mía la sonrisa que veo en cada niño, en la sonrisa llena de amor de mi familia. Mía la razón que debo encontrar para ser feliz. Mía la vida que debo en rumbar en solitario. Mía también las lágrimas que aún corren sobre mis mejillas, que expresan lo que hay en lo profundo de mi ser. Mía la brisa que seca esas lágrimas. Mía la voluntad que me empuje cada mañana, para buscar mi felicidad.

Fuiste mía, aún sigues siendo mi amor, pero no sé cómo será el futuro, el futuro cercano o lejano, cuando mis sentimientos vayan cambiando, o no. Solamente sé, que estarás siempre ocupando un lugar especial, único, en mi corazón, en mi ser. Estoy segura que no es costumbre lo que me mueve a decirlo, sino mi amor.

A pesar del tiempo transcurrido, y  a pesar que las perspectivas en mi vida están cambiando, aún hay algo que no termino de resolver. Una pregunta que aún no encuentra respuesta. Cómo dejo de amar? Cómo le digo a mi corazón que no sufra más? Tengo un corazón rebelde, empecinado.

Quizás solamente tengo que dejar que mi corazón llore hasta que termine desahogando el dolor, y que poco a poco, encuentre la tranquilidad. Siento que estoy en ese camino.

Cada día es nuevo para mí. Descubriéndome en mis capacidades, en mis potencialidades. Estoy retándome, y espero demostrarme a mi misma que todo es posible, si así lo quiero, si así lo deseo de corazón.

Todo es posible, como el vuelo de cóndor en el Pacífico, en la Bahía de San Fernando.

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