Cuan difícil se torna mantener el equilibrio en mi interior sin caer. Por ahora, este esfuerzo me cuesta llevarlo a cabo en cada momento porque mi pensamiento se desconecta, y por instantes me recuerda la soledad. Eso pasa también en determinados momentos del día. Al levantarme, al atardecer y cuando en rumbo de vuelta a casa. Me desahogo y pasa. Solamente así puedo descansar.
Todos estos días, desde el momento aquel, de la decisión sin vacilar, parecen más largos, las horas y el reloj se han puesto de acuerdo en ir más lento. Es una sensación que desespera, porque dicen que se me pasará en unos dos meses....cuan lejos los veo, y también cuánto ansío que lleguen.
Me sostiene el amor de los seres que me rodean, necesito escucharlos para sentir su fuerza, hay tanto amor que me regalan, y descubro en sus palabras verdad. Ahora son ellos quienes me mantienen sin caer, mientras tomo las fuerzas de mi interior.
Esa fuerza suprema siempre ha morado en mí. He recurrido a ella en los momentos complicados que me ha tocado vivir a lo largo de mi vida. He vuelto a su búsqueda de ella y me reconforta. Es la fuente de dónde tomar la verdad y de donde proviene el amor que me rodea, y el amor que he sido capaz de entregar.
Tengo la seguridad, que me mantendré sin caer, porque tengo amor.
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