lunes, 6 de mayo de 2019

Vacío, invisibilidad, inercia

Esta trilogía.Tanto de ello que tampoco hay ganas de escribir. Pero ideé este espacio para expresar mis sentimientos, para visualizar mi interior, para sacar lo que hay dentro de mí, de encontrarme. Al escribir es como si saliera de mí, y volteara a mirarme, ver mi tristeza reflejada en mis ojos, respirara hondo y me diera ánimo, decirme que ya pasará, que todo es cuestión de tiempo...al final es lo que sabemos...pero...

Estoy ante una situación emocional-personal conocida, no es la primera vez. Es la tercera, y diferente como cada una de ellas. Se piensa y se dice que si tienes experiencias previas, entonces debe pasar rápidamente, además de aprender de ello. Y por la madurez no debo darle mayor cabida, no más preguntas sin respuestas, no más preguntar al viento. Pero saben?, no está sucediendo así, entonces me vuelvo a preguntar: ¿Por qué extraño? ¿Qué me pasa? ¿Qué espero, si ya dijo que no? ¿ Acaso tengo pistas para pensar que me está buscando? no, solo silencio de las palabras que quiero escuchar. Pero, ¿por qué me envía mensajes de su cotidianidad?, esporádicos, distanciados, pero allí está  ¿Trata de decir algo? No lo sé, y quizás nunca lo sabré. Ya no debe importarme.

La trilogía: vacío, invisibilidad, inercia, son las sensaciones que me invaden. La falta, el hueco que dejó el amor no correspondido, al decir no se llevó su amor y dejó un espacio vacío en mí que aún no logro llenar con mi propio amor. Y a mi amor le está faltando fuerzas, la emoción, la vitalidad que lo caracteriza. Tengo que encontrar el camino para recuperarlo, es la única manera de sonreír por dentro, de llenarme.

Cuando camino por las calles, entre tanta gente me siento invisible, no ausente, sigo con mis sentidos atenta, pero no me siento parte, es como si mi luz, mi energía estuviese apagada, la tristeza apaga la luz de mis ojos. Y la seriedad es la que refleja mi rostro. Esto solamente pasa cuando estoy sola, cuando estoy conmigo misma, en medio de tanta gente que no significan nada para mí, ni yo para ellos. Y ese no significado se deriva, de lo que ya no significo para esa persona. No pensamientos, no sonidos, sus sonidos, sus palabras, sus intenciones, nada. Todo se esfumó, se disolvió, y si existe es invisible, no lo veo, no sé si lo siento, hay duda pero no certeza.

Sabes que debes seguir, sabes que todo continua, el mundo sigue su curso como antes de conocerle, durante y este después. El mundo gira con todas tus responsabilidades, no hay tregua. Tus únicos momentos de darte cuenta que la vida sigue su curso es cuando frenas en la inercia del día a día, de las labores y atenciones. Siento que me lleva la inercia de las cosas, del quehacer que al mismo tiempo me distrae para no caer en pensamientos circulares, o sensaciones circulares, sí sensaciones porque no pienso, siento. No elaboro pensamientos. Hasta en esos momento me dejo llevar por la inercia del tiempo, los minutos y las horas, hasta que amanezca y el día te exija seguir adelante.

Creo que aún debo darme tiempo, tenerme paciencia. Soy consciente que este amor, este compartir llevó poco tiempo, comparado a mis anteriores relaciones, pero fue realmente intenso, ganando tiempo al tiempo, robándole a los días y a las noches las horas para permanecer y retar a la distancia. Amor puro. A estas alturas de la vida, el corazón cada vez más se sobrepone a la razón, y es que te permite creer, soñar, vivir en libertad. Y yo no podía guardarme de vivir.

Pronto estaré llena, brillando y disfrutando cada día, porque tanto amor te transforma, tanto al inicio como al final de una experiencia hermosa de amor, aunque ese final pueda ser compartido o una despedida. Siempre se gana, aunque duela, a pesar de las lágrimas, esas lágrimas que limpian y purifican.

Estoy en camino.


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