Nuevamente en este camino, solitario, incierto, algo así como debe ser el limbo. Vivir día a día, agotada, sin querer abandonarme en el sueño. Quizás no quiero despertar en la nueva realidad de tu ausencia. Qué pasó? Qué nos pasó? Por qué te diste por vencida? Por qué te alejaste de mí?
Fue un año con mucha carga, caminé absorta y muchas veces apesadumbrada, otras como en piloto automático. No me dí cuenta que al olvidarme de mí, me olvidaba de tí. No hubo intención, pensaba que realmente lo entendías porque tu apoyo era incondicional. Pero algo estaba cambiando, también te olvidaste de mí.
Cuando me dí cuenta, ya fue tarde para tí. No me lo dijiste. Prometimos que nada ni nadie debía separarnos, que nada ni nadie podía combatir este gran amor. Prometimos una vida futura, prometí cuidarte siempre, perdóname....pero ya no te dejaste. Tampoco quisiste escucharme.
Te extraño tanto, y no pensé regresar a este estado, solamente sé que revertiré este dolor en más amor. Tengo que regresar a mi equilibrio y volveré a planear el regreso con paciencia y valor. Te tenía que dejarte ir porque era tan evidente que ya no eras feliz, y debes ser feliz, mereces serlo, te amo mucho para no querer eso para tí.
He sido afortunada, me llenaste de amor, de atención, de color y sabor. He sido afortunada porque me permitiste amarte, porque me permitiste soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario