Y ese tiempo se inicia. Con la verdad, esa que es la de confiar en tí, de amarte y saber que lograrás todo lo que te propones, y que nadie tiene derecho a quitarte la capacidad de creer, de confiar, de amar.
Hoy que reinicio, que nuevamente me encuentro en el camino conmigo, con mis sueños para seguir respirando, sonriendo, me propongo no dejar de soñar, de ilusionarme, de seguir construyendo. Trabajar por volver a mi equilibrio, a ese estado tan importante que solamente nos permite mirar de manera positiva la vida.
La vida, a mitad de ella, solamente espero vivir de la experiencia, de saber que en mis relaciones dí lo mejor de mí, que amé, me sentí amada, que luché, que me dí la oportunidad, que te dí la oportunidad.
Solamente espero que seas feliz, que luches por encontrar tu propio equilibrio, que aprendas a amarte con todo tu ser, que seas constante en apreciar la belleza de la vida, como cuando mirabas con asombro el vuelo sostenido del picaflor, y de esa manera veas que los seres que te rodean te aman y quieren lo mejor para tí, a pesar de tu negación. Y solo decirte que eres afortunada porque los tienes. Adiós mi amor, porque lo fuiste, porque debo seguir sin tí.
Ahora me toca decirle sí a la vida, de rehacerme, de recomponerme. Y en eso estoy, para eso vivo, para ser feliz y hacer feliz a quienes tengo a mi lado. Quizás allá donde no he ido, quizás en el momento que no sé cuándo llegará, me encontraré con quien quiera compartir una vida, el resto de la vida, en plena sintonía de pensamientos y actos, de comprensión y emoción, de ilusiones y sueños, de risas y llantos, de alegrías y penas, en sintonía de vida, en sintonía de amor.